Montevideo fue una auténtica fiesta. Los hinchas hicieron que la capital uruguaya luciera como hace mucho tiempo no lo hacía para recibir a los campeones: los nuevos reyes de América. Nada más terminar el choque en Buenos Aires y, casi sin tiempo para hacer nada, se emprendió el operativo regreso de la delegación celeste hacia su país. Estos, con la Copa como nueva pasajera, arribaron al aeropuerto de Carrasco a las 22.45 h. Desde allí, les esperaba una locura generalizada de casi medio millón de montevideanos que se echaron a la calle para ver de cerca a sus máximos ídolos.
Como serían las prisas que tenían de estar con los suyos, que los jugadores subieron al avión sin cenar. Ocasión que aprovechó Diego Forlán para animar, vía una red social, a las pizzerías de Avenida Italia -una de las arterias por donde pasaron- a que les acercasen comida y bebidas. Su pedido fue complacido por un bar conocido de dicha calle. Los jugadores sintieron el verdadero éxtasis cuando, tras cuatro horas de viaje desde el aeropuerto, tuvieron contacto con los 60.000 hinchas que abarrotaron el Centenario. Unos aficionados que desafiaron al frío reinante en la ciudad para ver de cerca a los campeones y la Copa. Uno de ellos era el presidente de la nación, José Mujica, y su esposa.
En el césped, los futbolistas dieron la vuelta olímpica pegados a la grada, lo que aprovecharon para saltar y cantar junto a su gente. Uno de los cánticos más escuchado era el que se refería al número de copas que tiene el país: 15. "Unoooo, dooos, treeeees, cuaaaatrooo... y quinnnnceeeee". Otros de los hits de la noche fueron: "Soy Celeste" y "Volveremos, volveremos a ser campeones como la primera vez". Luis Suárez, que estuvo acompañado en todo momento por su representante, Pere Guardiola, dijo: "No tenemos dos huevos, tenemos tres", en alusión a una de las claves para ganar el título.
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